Se fue diciendo que no se iba
y yo la creía
y ahora, no me queda más
que cerrar los ojos
y cerrar el universo
y convertirme
en la reja y la cárcel
que no sabe si encierra o se encierra.
Desengañados engañamos,
eso pienso que pensamos
algunos, entre los que no me incluyo.
La memoria perdida no nos recuerda
que hemos olvidado lo que es amar,
pero no me incluyo.
Mi mundo termina donde acaba el amor,
más allá de él sólo hay una desilusión
que se alcanza por defecto de amor,
por ausencia del mismo
o por exceso de amor a nosotros mismos.
Yo creo en mí,
¡sí! me creo y me creo,
pero no creo en el egoísmo
porque el egoísmo es soledad
y la soledad no me gusta.
A veces me gustaría volver a sentirme
como cuando ella me ajustaba la manta bajo barbilla,
lo pienso y me digo:
sigo siendo un niño.
A veces me gustaría volver a sentirme como cuando él me acariciaba con sus pestañas…
By: xarleen on octubre 20, 2008
at 6:31 pm