Sintiéndolo mucho lo ves
caer por su propio peso,
alocado por el beso,
que le regalaste una vez
sin saber qué regalabas
ni que diste a luz un deseo
en un corazón sincero
que parecía que amabas.
No mientas, es cierto,
quién te ve te echa de menos
inspirando sueños nuevos
en adonis abatidos,
que buscaban el amor perdido
que un día habían tenido
y han vuelto a ver en ti, en ella
la musa, la estrella, la bella
la ilusión etérea que mata
con su irrealidad callada,
apareciendo sólo en sueños
para decirte que te ama
para luego despertarte
con los labios en la almohada
y ver que todo es igual,
que no ha pasado nada.
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