Le di mi teléfono y ella se sonrió mientras decía
– que casualidad, se parece al de mi novio.
Publicado en amor, Breves, escritos | Etiquetas: anecdotas
jaja es una forma educada de decir ¡capullo, olvídame! ;-p
By: Mari Trini Giner on julio 25, 2009 at 5:38 pm
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jaja es una forma educada de decir ¡capullo, olvídame! ;-p
By: Mari Trini Giner on julio 25, 2009
at 5:38 pm