Parece lógico que
me deje llevar en tu sueño de lino y viento
por los tejados de la pasión
y los falsos tequieros,
quebrando ideales con el tiempo…
pero no, eso no puedo.
Más bien, mantendré mi boca cerrada
y no se oirán más lamentos,
y me iré
adonde nadie los eche de menos.
El camino me llevará adonde nadie me entienda
-y tú lo sabes bien-
pero nunca cerraré la puerta
a volver sin que te des cuenta
y aparecer extraño,
como los desaparecidos,
con otros conceptos, otras ideas -pero siendo yo mismo-
y, sin embargo, no podrás reconocerme.
Responder