Hay días en los que todo cansa
y sólo podemos esperar a mañana,
para olvidar un poco y que, quizás
cambien las cosas.
Hoy quisiera yo dormir hasta mañana
y dejar todos mis problemas al pasado,
para poder hablar de ellos
como si fueran algo que no me pertenece,
porque en realidad así lo quiero,
pero ahora los tengo junto a mí
y no hay forma de despegarlos de mis pensamientos.
Y no encuentro nada que me desvíe
de estas malas sensaciones,
tan sólo me queda el desahogo
de escribir estas palabras
y rezar porque llegue pronto mañana.
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