No tengo consuelo,
no me quedan consuelos,
las esperanzas se apagaron el dia de mi nacimiento.
Mi ser no es mío
yo no soy la esencia de lo que me define,
yo no soy otra cosa
que hijo de mi tiempo
y de mi familia.
Una extraña mezcla que me lleva
a no ser hijo de nadie,
a ser el huérfano de la sangre y los segundos
que no dan tregua ni descanso,
haciendo más dificultoso mi paso
por este mundo plano e inclinado,
no sé si cuesta arriba o cuesta abajo,
en el que sólo sé que me caigo
y no sé si habrá alguién para recogerme al fondo.
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