¿Qué nos lleva a escribir

y no, por ejemplo, hablar en voz alta?

¿porque ese decidir

querer dejar nuestra marca?

 

¿Queremos hablar con nosotros mismos

o queremos hablar con el mundo?

¿Escribimos buscando abismos

o no nos importa cuál sea el asunto?

 

Hoy me detuve en estas líneas que no escribo

y supe porque lo hacía, porque las escribo…

pero permitidme que no revele mis razones,

no es que os crea ladrones,

pero se trata de algo privado.

 

Hoy no sé si mis palabras deberían ser camino para otros

o simple desahogo mío.

Hoy no sé si quiero compartir con vosotros

o ahogarme en mi destino.

Hay lágrimas que nunca terminan de caer

y amores que cuesta tanto olvidar…!

Cuando te fuiste, contigo se fueron

muchas cosas de mí:

mi optimismo, mi pasión, mi buen humor…

Ahora trato de rehacerlos poco a poco,

zurciendo trozos de mis tripas

para hacer un corazón.

No sé si debo repetirme a mí mismo

la cantidad de peces que hay en el mar

o si debo construir una escalera

para bajarte de aquel pedestal

que nunca debí construir.

No sé cuanto tiempo tardará

hasta que se me limpien las lágrimas de los ojos,

solo espero poder tener la vista limpia

para cuando la vea a ella, a la que espero,

a la que no me abandonará.

Debo seguir caminando para olvidar

y dejar atrás este lecho de lágrimas.

Yo lo sé y tú lo sabes,

la esperanza es solo una ilusión para

amortiguar el golpe que me causa pensar

que ya no estás.

Ni estarás.

Lo sé porque abrí una puerta

y tú la cerraste,

y por más que abriese puertas

todas las cerrabas.

Y ahora yo ya no voy a abrir más puertas.

Si quieres entrar tendrás que abrirla tú,

pero para entonces lo más probable es que yo ya me haya ido

y ande buscando acomodo en otra casa distinta.

Debo seguir caminando y encontrar un hogar,

debo seguir caminando y volverme a enamorar.

Dudo continuamente si

quiero que me hables o que me ignores,

que me ames o que me olvides,

que me recuerdes o que me dejes olvidarte.

Dudo de esto y dudo de todo.

Siento como si caminara sobre un suelo que se cae

y me obliga a avanzar

sin saber muy bien adonde.

Pienso que amo y odio

los recuerdos que me vienen a la mente.

Desearía encontrar otra voz y otra sonrisa

que me ayudaran a olvidarme de ti,

pero por el momento es imposible y

no puedo evitar pensar en ti,

aunque mi cabeza me diga lo contrario.

Este corazón no sé adonde me va a llevar,

trato de guiarlo y encauzarlo, pero

el corazón tiene sus propios caminos y

no sé adonde me llevará esta huida hacia adelante

buscando algo que nadie sabe qué es.

¿Cómo sabré que lo he encontrado?

Le dije que escribía poesía y me preguntó que porqué no le había escrito ninguna.

Yo le respondí que solo escribía cuando estaba triste y ella me preguntó que cuantos había escrito mientras había estado con ella.

Solo uno – respondí.

Me alegro – dijo ella con una sonrisa.

Pero varios meses después ella fue la inspiración de muchos poemas.

Para ser uno mismo hay que estar solo,

hay que sentirse solo y actuar

como si nadie te estuviera viendo.

Es entonces cuando eres propiamente tú,

sin condiciones ni circunstancias.

Hoy llegué a casa y no había nadie.

Tampoco esperaba a nadie.

Y en mi soledad segura comí y me puse a escribir

pensamientos sobre la soledad,

sobre si nos hace bien o

nos hace mal.

Y lo cierto es que es como todo:

hay que buscar su justa medida.

Lo mínimo como para saber quiénes somos,

pero no demasiado para acabar siendo otros.

A veces me pregunto si hay alguien ahí fuera

que respire como yo y

sienta como yo…

que tenga este convencimiento sobre el amor,

que no lo crea si no lo crea

él o ella. No.

Ambos

El amor es un juego de dos.

Por eso por mucho que uno busque

no se encuentra.

Me separan mil adversidades y mil penas

hasta que encuentre esa alegría, ese extravío, ese no pensar solo en lo mío.

Me mata la soledad, me hace otro

más triste y más poeta,

cuando la única poesía que quiero escribir

es la de los besos del día a día

y no estas pobres líneas que son solo consuelo

y que en su búsqueda no encuentran otro éxito que

ver pasar los minutos mientras muere el tiempo y

llora la esperanza.

Desamor

Por cada puerta que yo abría,

tú cerrabas otra.

Hasta quedar eternamente separados,

por siempre diferenciados.

Amor

Por cada puerta que yo abría,

tu cerrabas una ventana,

hasta no quedar más que tú y yo

encerrados en la casa.

Todo es esperanza para el optimista,

todo es oportunidad

y razones para luchar.

No hay descanso porque

siempre hay posibilidades.

Y no es locura si

esta ilusión irreflenable

me lleva más allá de la realidad

y me permite cambiarla

como quien retoca las imperfecciones de un cuadro.

No soy un inocente,

no soy un iluso.

Solo creo que cambiar el mundo es posible.

A veces uno se queda quieto

sin saber muy bien hacia donde caminar,

porque sabe que cada paso le va a alejar

de aquello que no quiere dejar.

Miramos hacia atrás sin ver el pasado,

y miramos hacia adelante sin vislumbrar el futuro.

Tanto dolor lo confunde todo

y destiñe los recuerdos que pierden su color.

Yo sigo caminando

sin dejar de mirar a los lados y hacia atrás,

deseando que algo levante mi mirada al frente

tratando de sobrevivir a la nostalgia y pensando que

debo seguir caminando si quiero llegar a algún lugar.