A veces uno se queda quieto
sin saber muy bien hacia donde caminar,
porque sabe que cada paso le va a alejar
de aquello que no quiere dejar.
Miramos hacia atrás sin ver el pasado,
y miramos hacia adelante sin vislumbrar el futuro.
Tanto dolor lo confunde todo
y destiñe los recuerdos que pierden su color.
Yo sigo caminando
sin dejar de mirar a los lados y hacia atrás,
deseando que algo levante mi mirada al frente
tratando de sobrevivir a la nostalgia y pensando que
debo seguir caminando si quiero llegar a algún lugar.
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