Para introducir este tema un poema de Pessoa:
Poema en línea recta
Nunca he conocido a nadie a quien le hubiesen molido a
palos.
Todos mis conocidos han sido campeones en todo.
Y yo, tantas veces despreciable, tantas veces inmundo,
tantas veces vil,
yo, tantas veces irrefutablemente parásito,
imperdonablemente sucio,
yo, que tantas veces no he tenido paciencia para bañarme,
yo, que tantas veces he sido ridículo, absurdo,
que he tropezado públicamente en las alfombras de las
ceremonias,
que hesido grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que he sufrido ofensas y me he callado,
que cuando no me he callado, he sido más ridículo todavía;
yo, que les he parecido cómico a las camareras de hotel,
yo, que he advertido guiños entre mozos de caga,
yo, que he hecho canalladas financieras y he pedido prestado
sin pagar,
yo, que, a la hora de las bofetadas, me agaché
f uera del alcance de las bofetadas;
yo, que he sufrido la angustia de las pequeñas cosas
ridículas,
me doy cuenta de que no tengo par en esto en todo el
mundo.
Toda la gente que conozco y que habla conmigo
nunca hizo nada ridículo, nunca sufrió una afrenta,
nunca fue sino príncipe -todos ellos príncipes- en la vida…
¡Ojalá pudiese oír la voz humana de alguien
que confesara no un pecado, sino una infamia;
que contara, no una violencia, sino una cobardía!
No, son todos el Ideal, si los oigo y me hablan.
¿Quién hay en este ancho mundo que me confiese que ha
sido vil alguna vez?
¡Oh príncipes, hermanos míos,
¡ Coño, estoy harto de semidioses!
¿Dónde hay gente en el mundo?
¿Seré yo el único ser vil y equivocado de la tierra?
Podrán no haberles amado las mujeres,
pueden haber sido traicionados; pero ridículos, ¡nunca!
Y yo, que he sido ridículo sin que me hayan traicionado,
¿cómo voy a hablar con esos superiores míos sin titubear?
Yo, que he sido vil, literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.
——————————————————————————–
Reconozcamos lo que somos: imperfectos, a veces indeseables, egoístas, interesados…, me siento nada y triste ¡Todos parecen tan perfectos!
Y yo me sé nada y los halagos son como un consuelo inútil que me hacer llorar aún más.
Reconozcamos lo que somos: despistado, desordenado, a veces cobarde, a veces demasiado impulsivo, a veces orgulloso, a veces egoísta, a veces frío, a veces irracional, a veces pesado, a veces infantil, a veces vago, tímido, a veces misantrópico, a veces poco sincero, a veces interesado, a veces torpe, a veces pasota, a veces demasiado bueno (incluso el exceso de bondad es bueno), a veces demasiado entusiasta y aburrido, a veces tantas cosas malas, a veces suicida, a veces ¡a veces! ¿siempre? ¿soy así? ¡Sí, coño! Un hombre imperfecto y estúpido…
I recognize it.
Pues si, todos somos imperfectos y todos tenemos defectos, pero al fin y al cabo, ¿no es todo eso lo que nos caracteriza?
By: xarleen on septiembre 14, 2007
at 10:24 pm