Todos los versos sueltos e inútiles,
la última puerta abierta,
el susurro de los besos,
la caricia del silencio,
el suspiro roto y el cansancio,
la nostalgia y la impotencia,
el agujero negro en mis pensamientos,
la brecha en e suelo y la sangre en la cabeza,
el anhelo imposible,
la jaula de uno mismo,
los defectos, el olvido y los rezos y el perdón
y Dios tras el velo, puro y virgen.
La llegada del sol,
el último día
en que continúa la sinrazón
y la desesperación
por encontrar un día mejor,
mañana, sin satisfacción
ni consuelo que dure.
Estamos solos
leyendo algo que antes estuvo en blanco
y ni siquiera existía,
como nosotros,
fragmentos de un todo y una nada
formada de silencios y palabras,
el descansar de la mirada
y el dolor de cabeza.
Parpadeas y
con el efecto mariposa de tus ojos
me ciegas
en un beso con efectos especiales
para que por fin me de cuenta
de que he vuelto a casa,
a la ilusión, a la esperanza
tras los velos rotos
y la cobardía de dar un paso más
que nunca me atreví a dar.
Y todo eso quedó atrás
para poder quedarme contigo,
como siempre había soñado,
como siempre había querido.
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