El cielo cayó lento y frío
sobre nuestros ojos cerrados
¿adonde fueron nuestras plegarias?
abrí los ojos, las busqué
y no vi nada.
Todo palabras,
sonidos dotados de significado
que nosotros le dimos
“Yo soy la palabra”
¡y tú serás mi Dios!
porque así un triste día
un grupo de hombres lo decidió.
Dame la vida que te dimos
¡con plegarias te suplicaremos!
todas nuestras esperanzas
en ti pondremos,
porque confiar en nosotros
es algo que no sabemos
y amar a los hombres
es imposible sin el cielo
que para eso creamos,
para que cuando miremos
no nos veamos
y todo sea Dios.
La divinidad, o la búsqueda de ella, es único del ser humano. Como respuesta a las preguntas sin contestar… Eso sí, si nos fijáramos más en nosotros, se respondería más de una, seguro.
Saludos!
By: kiram on noviembre 19, 2008
at 12:04 pm